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40 Pero a ésta sí la agarramos, y aunque le preguntamos quién era ese joven, 41 no quiso decirlo. Nosotros somos testigos de todo esto».

Y como ellos eran líderes del pueblo y además jueces, toda la gente les creyó, y condenaron a Susana a muerte.

Daniel salva a Susana

42 Entonces Susana gritó con todas sus fuerzas:

«¡Dios mío, tú vives para siempre;
tú conoces todos los secretos,
y sabes todo lo que va a suceder!

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